En este proyecto cuyo tema es muy atractivo y en el que se puede dejar fluir la imaginación de muchas formas, he elegido el desnudo femenino, mayoritariamente enseñado, pero al que le he añadido un elemento fundamental, la fruta. El elemento prohibido en la historia de los inicios del mundo, cuando Eva está tentando e inscitándo a Adam a que pruebe también la fruta del árbol prohibido que representa el pecado. El pecado, atributo que representa la sensualidad, lo erótico, el sexo, y todo aquello cuyas creencias de siglos anteriores era la prueba del mal disfrazado de belleza, y de lo opuesto al cielo y al paraiso.
En mi proyecto, la manzana y el rojo de su piel, no es solo la fruta predominante, aparecen otros, tales como: la piña, el kiwi, la pera, la fresa, la naranja, la manzana amarilla, uvas rojas y amarillas. Todo esto forma un cojunto de colores que le dan mayor interés y giro a la imagen. Dichas frutas lo que dan lugar es a una mayor dulcura a las imágenen, que con su aspecto apetitoso tentan al hombre a comer y a querer probar de su esencia. Dichos elementos, el curpo y la fruta se verán en algunas imágenes acompañados de unas gotitas de agua, cuya función es potentar aún más la frescura y sensualidad. El cuerpo desnudo de las modelos se contrarresta con el cuerpo vestido y colorido de las frutas.
He realizado una selección de chicas cuyos cuerpos se acercaban a lo que yo buscaba y que no hubiese mucha diferencia de unas y de otras, pues ya que lo que se quiere plasmar en el proyecto son las partes más sensuales y caractarísticas del cuerpo femenino: las piernas, la espalda, el ombligo, su rostro, su trasero y espalda, y sus pies. Estos elementos son los más destacados en la tentación, en la visión del hombre hacia la mujer, y lo que se está mostrando es una insinuación de un antes, pero tratado de un modo artístico, elegante, bello e incluso inofensivo.
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